Aniela Pajákowna (1864 - 1912) fue una pintora polaca. Su padre era cochero y su patrón, el periodista y polítivco Mieczyslaw Pawlikowski, confió en el talento de Aniela y pagó sus estudios en Cracovia y, luego, en la Académie Julien de París y en la Académie Colarossi.
A fine del siglo 19, las mujeres artistas se encontraban relegadas en relación a los hombres. Entre las pintoras polacas, Anna Bilińska fue la primera en ponerse en su mismo nivel y abrir camino a otras pintoras, como Olga Boznańska, que integraron la reducida colonia de artistas femeninas de Montparnasse. El caso de Anna Bilińska es paradigmático: Rodolphe Julien, fundador de la academia, la elogió diciéndole que "pintaba como un hombre". Se consideraba que las mujeres solo podían pintar flores y naturalezas muertas.
En ese marco social, se inserta Aniela, una muchacha de condición humilde que tuvo la oportunidad de estudiar arte y, al mismo tiempo, en su vida de relación, una desgracia: siempre enamorarse de los hombres con los que nunca debió haber estado. El principal de ellos: el endiosado escritor polaco Stanisław Przybyszewski, padre de cinco hijos con dos mujeres, una de ellas muerte por suicidio ante el trato que le daba Stanislaw.
Aniela, enamorada del alcohólico Przybyszewski, tuvo una hija con él, que sería la dramaturga Stanisława Przybyszewska. Ser madre soltera fue catastrófico para Aniela. La sociedad polaca no veía bien que hubiera madres solteras. La costumbre era regalar al hijo a una familia que lo mantuviera. Aniela se negó y permaneció junto a su hija.
Como le fue imposible trabajar en Polonia porque le cerraban todas las puertas, se radicó en París con Stanislawa. Vivió en malas condiciones hasta morir a los cuarenta y ocho años. Su hija de once años pasó al cuidado de la hermana de su madre Helena Barlińska.
Pajakówna fue una pintora que enfrentó todos los prejuicios de su época y que pudo desarrollar su arte en la medida que le fue posible dentro de un ambiente hostil. Gran parte de sus trabajos se perdieron quemados en un incendio. Sus trabajos están hechos en un estilo realista y era una especialista en retratos. Su mejor obra es Autorretrato con su hija.