Emily Carr (1871-1945), canadiense. Con inicios influenciados por el color fauvista y algo del postimpresionismo, lo sustancial de su obra, dentro de lo expresionista, es típicamente canadiense. Cercana a los lineamientos del Grupo de los Siete, busca en la propia tierra, en sus bosques, lagos y montañas, los motivos centrales de su arte. Ella tiene una conexión espiritual con la tierra y, más precisamente, los árboles. La parte central de la obra de Carr son los árboles. Estos árboles son dueños de una vida propia y, como en los antiguos cultos druidas, en ellos habitan espíritus. De este modo los pinta Carr, respetándolos y uniéndose místicamente a ellos. Si bien ha escrito libros, en la pintura encuentra el mundo apropiado para expresar su universo y sus creencias.
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gran águila |
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árboles en el cielo |
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bosque |
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el cedro rojo |
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retazos |
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un mar de maleza |
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viejo árbol al atardecer |
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vencido |
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tótem |
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puerto blunden |