Friedrich Schröder Sonnenstern (1892 - 1982), ruso. A Schroder se lo suele considerar un representante del art brut (arte en bruto) o por su más actual denominación de arte marginal (outsider art), usada en países anglo estadounidenses para designar lo mismo: arte realizado por autodidactas dementes, locos que pintan estando internados en manicomios o después de salir de ellos.
Schröder, en su juventud, estuvo detenido en reformatorio por ladrón; más adelante, lo encerraron en un hospital psiquiátrico con un diagnóstico de esquizofrenia. Se escapó a Berlín, donde se ganó la vida como curador paranormal mediante el magnetismo curativo, ocultista y adivino. Fundó una secta y con el dinero que recaudaba le compraba pan a los niños pobres. Adoptó el segundo apellido Sonnenstern (estrella del sol) haciéndose llamar profesor Schroder von Sonnenstern. Al poco tiempo, volvieron a internarlo en un psiquiátrico; se escapó, lo metieron preso considerándolo "cuerdo excepto por una enfermedad mental" (sic). Estuvo tres años en la cárcel, volvió a Berlín, de donde se había ido, y lo llevaron a un campo de trabajo en los comienzos de la segunda guerra mundial. También se escapó y se dedicó a pintar, lo que había empezado a hacer unos pocos años antes.
Como pintor no le iba demasiado bien hasta la exposición surrealista de 1959, en París, donde lo consagraron como un gran artista. Recibió los elogios, el dinero que ganó vendiendo sus obras ya que marchants se interesaron mucho por sus trabajos y, de golpe, se cansó de pintar. Puso un taller y hacía pintar cuadros a los que les ponía la firma. Al descubrirse la estafa, cayó casi a cero su cotización y fue mandado al tarro de la basura del arte. Se hizo alcohólico y volvieron a internarlo en el manicomio. Se murio, cayó en el olvido y lo redescubrieron alrededor de 2013, valorizándolo como uno de los grandes talentos del siglo 20.
En sus pinturas hay personajes raros, combinaciones de ser humano y animal, y el considerar las orejas como testículos, tanto como la nariz y el mentón. Reforzaba los contornos con lápices de colores.
