EDVARD MUNCH

Edvard Munch (1863-1944), noruego. La muerte y la enfermedad lo persiguen toda la vida. Cuando tiene cinco años, muere su madre; su hermana de 15 años, cuando él tiene 14. Luego, su padre, un médico. Munch debe ser internado muchas veces por distintos males: colapso nervioso, alcoholismo, neurastenia, problemas de visión. Sus obras se relacionan con la enfermedad, la locura y la muerte. En muchos de sus cuadros hay una sombra oscura, que parece una amenaza. En otros, se repite el gesto del personaje con los brazos en alto, tomándose la cabeza; a veces, tapándose los oídos. Sus obras, de estilo expresionista, son representaciones de la soledad, la angustia, los miedos, el temor a la sexualidad (como en La pubertad lo representa la sombra). El conjunto de sus pinturas es uno de los más trascendentes de la historia de la pintura y, sin duda, uno de los más profundos. El grito es su obra más famosa y uno de los cuadros más conocidos del mundo, convertido en un icono, como La Gioconda. El pintor hizo varias copias. 
En El grito, una figura andrógina, de rostro desfigurado, se cubre los oídos con las manos. Grita. Está sobre un camino con barandas, quizás un puente. Por detrás, dos personas, que no se pueden distinguir claramente. La ciudad de Oslo, vista desde la colina Ekeberg, forma el paisaje.  El cielo y el fondo están arremolinados. Parecieran las ondas vibratorias del grito extendiéndose. La figura y su grito son la representación del hombre actual. Esa figura que grita se encuentra en un momento de máxima soledad, aislamiento, angustia y desesperación.

la niña enferma
madonna
la madre muerta
el día después
consolación
pubertad
calle en agarstrand
la danza de la vida
cenizas
primavera
el grito